Descripción

Esta pequeña ermita –que tanto llama la atención por parecer desafiar la ley de la gravedad– corona la montaña de la Roca con su peculiar muestra de arquitectura popular. Se  accede a ella por un pintoresco camino desde la plaza de la ermita de la Mare de Déu de la Roca, a la que está vinculada. Documentada en el siglo XVI, se la ha relacionado con el mundo marinero; puesto que la imagen de Sant Ramon de Penyafort fue encontrada por unos pescadores. Durante siglos ha servido de punto de orientación para las barcas de pesca que tenían en Ia ermita encalada una referencia de la costa. Desde su pequeño mirador, se divisa la llanura del Camp de Tarragona.

De subida a la ermita de Sant Ramon, también se puede hacer parada en el llamado Cementerio de las Monjas, donde  destaca una cruz de hierro forjado de cinco metros y medio de altura y de unos 530 kilos.